CONTEXTO:
Al iniciar un nuevo siglo, las fundaciones Hans Seidel y Fundemos dedicaron El sindicalismo en Bolivia: presente y futuro, de su serie Opiniones y Análisis, a profundizar en el rol desempeñado por uno de los actores centrales de la vida política y social del país desde la revolución de 1952: la Central Obrera Boliviana, Cob.
Actualizando aspectos de Votos y Wiphalas: campesinos y pueblos originarios en democracia, que en 1995 había publicado con Esteban Ticona y Gonzalo Rojas, Xavier pone en evidencia en el artículo “El sector campesino-indígena, actor social clave” la
importante contribución de campesinos e indígenas al sindicalismo y a la Cob.
Inicialmente explica por qué utiliza los términos “campesino” e “indígena” como sinónimos, y describe la variedad de actores que están por detrás: ayllus tradicionales, sindicatos campesinos propiamente dichos, colonizadores, cocaleros e indígenas de las tierras bajas.
En un segundo momento, muestra cómo estos campesinos indígenas, liberados del Pacto Militar Campesino bajo la conducción katarista, ingresaron a la Cob y llegaron a asumir la dirección luego del golpe de 1980. Su influencia en la agenda política del país mediante bloqueos de caminos y marchas multitudinarias, y la combinación de reivindicaciones económicas con reivindicaciones étnicas y culturales ha fortalecido el movimiento popular y puesto en cuestión la misma estructura del Estado.
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